Con tan sólo 17 años Malala Yousafzai ha recibido hoy miércoles uno de los premios más significativos que el
mundo le entrega a todas las personas, ya sean niños, niñas, adolescentes y
adultos, que han tratado de hacer de este mundo, un mundo mejor, lleno de
esperanza, justicia y paz.
Acompañada de
Sotyarthi, un activista de los derechos
de los niños que a sus 60 años no se cansa de velar por ellos, salvando hasta
ahora a unos 80.000 niños que trabajaban en condiciones de esclavitud; juntos
subieron al pódium de la municipalidad de Oslo en Suiza para recibir el gran premio Nobel de la Paz.
Sí, así es,
Malala es la persona más joven en recibir este premio y en su emotivo discurso
señaló “No pararé hasta que no vea a todos los niños en la escuela”. Su lucha
partió desde pequeña, en su natal Paquistán, promoviendo los derechos de las
niñas a recibir educación que sea buena y de calidad; ya que ella misma sufrió
discriminación y se le prohibía que asistiera a clases para educarse.
Sus padres la
apoyaron todo el tiempo, incluso cuando los talibanes trataron de evitar que
ella pudiese asistir a clases. Malala, en contra lo que dictaba su cultura fue
más allá, educándose y reguardando y luchando por el derecho de los niños a
recibir una recibir una educación plena y de calidad.
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